lunes, 29 de diciembre de 2014

Sobre lo más humano que tenemos

Durante siglos hemos sido llamados el "homo sapiens sapiens", "el animal racional", solemos decir "desde que tengo uso de razón" y nos hemos creído que somos el animal que piensa y que eso nos hace ser diferentes a los demás seres vivos.

Eso ha hecho de cierta manera desconectarnos de nuestra dimensión biológica y dejar de lado la emocionalidad, muchas veces tachándolas de inferiores a la razón, por eso el concepto "irracional" se ha convertido en algo peyorativo. Prefiero hablar de pre-racional, pre-lógico o pre-verbal; de cierta manera no tengo conocimiento científico o académico para decir esto, pero tengo la fuerte creencia que los primeros seres humanos se comprendían sin el lenguaje a través de un contacto emocional; luego fueron perfeccionando el lenguaje y luego el raciocinio.

Lo que muchas veces conocemos como la autoconsciencia es más emocional que racional, pero es en cierta medida un trabajo de ambas. Pero si se pudiera llegar a decir, considero que la intuición afectiva es la base de la intencionalidad humana y luego viene la mente racional para ampliar la comprensión.

Hemos olvidado la intuición afectiva y vivimos en la mente racional, fraccionando el mundo y volviéndolo estático; es hora de recuperar la intuición afectiva y volver a entrar en el mundo, en nuestra vida, en nuestras relaciones; porque al ser primaria la intuición afectiva somos relación con el mundo, con el otro.

Debemos desarrollar nuestra intención afectiva y de esa manera nos permitimos vincularnos a la humanidad, a sentirla y poder romper las divisiones por no aceptar nuestra diferencia, esto nos permitirá saber que somos seres únicos e irrepetibles y permitiremos a los otros también serlo.

Nos permitiremos descubrir el sentido en el mundo y hacerlo propio.

Si algo nos hace humanos es usar nuestras afectividad para hacer del mundo, nuestro mundo.

Bogotá diciembre 2014

1 comentario:

MIGUEL ANGEL CONESA dijo...

Excelente reflexión. Estoy contigo en que volvamos a nuestro ser mas conectado con sentimientos y emociones, con lo mas afectivo. Que hemos perdido mucho al aumentar tanto el cerebro y tan poco el corazón.